La
Bruixa de Pedra, de Miquel Fañanàs.
Hoy
reseñare una pequeña novela, de unas escasas 200 páginas, un libro corto pero muy
ameno. En primer lugar, indicar que es una novela en catalán, antes de hacer la
reseña he mirado por ahí si había una edición en castellano, pero no la hay. Es
normal, es una novela corta, ganadora de un premio de literatura, digamos, de ámbito
local (Premi Néstor Luján), no de un gran autor. Por lo que esta reseña ira
especialmente dirigida a los catalanoparlantes del canal, ya que, serán a los
que al final más les pueda ser de utilidad mi reseña. Pero evidentemente,
invito a todo el mundo a leerla, como siempre, pondré mi empeño en que sea lo más
interesante posible.
Que decir
de esta novela, que reseñar de ella. Empecemos por su historia. “La Bruixa de
Pedra” relata las supuestas bases históricas de una leyenda popular de la
localidad de Girona que envuelve a una gárgola de la catedral, una gárgola con
forma de mujer. Se trata de una peculiaridad, ya que la mayoría de gárgolas de
las catedrales tienen forma de animales. Está peculiaridad ha hecho famosa a la
gárgola. Cuenta la leyenda que había una bruja en Girona a la que dios castigó convirtiéndola
en piedra, para luego colgarla a la catedral de cara al suelo para que jamás pudiera
ver el cielo.
“La
Bruixa de Pedra” intenta humanizar el mito, relatándonos la historia que hay detrás
de esta gárgola, y en particular la de la mujer a la que representa, Guisla
Recasens. La novela trascurre en la Girona medieval, con la construcción de la
catedral como fondo, en la que nuestra protagonista forma parte como una de las
cocineras que se encarga de preparar la comida para los trabajadores.
Salvo
la idea de aprovechar el mito de la gárgola, nos encontramos ante una historia medieval
típica, con los típicos capítulos en que la peste llega a la ciudad, los
problemas entre cristianos y judíos, la inquisición, etc. No he encontrado en este
aspecto nada nuevo que no se plasme una y otra vez en las novelas ambientadas
en esa época hasta llegara a ser un poco, cansino, como si fuera necesario meter
el tema de la peste, si o si, en cualquier novela para que sea medieval.
La trama
no es muy larga, es bastante predecible, pero es amena, sin muchos giros de guion
ni tramas complejas que nos obliguen a pensar mucho.
No hay
demasiados personajes relevantes, tan solo destacaría a la protagonista, Guisla,
una anciana algo desengañada de la iglesia, que tiene la mala suerte de tener
amplios conocimientos sobre las hiervas del bosque en un tiempo en que tales
artes podían considerarse brujería, y el Inquisidor, Nicolau Eimeric, el principal
antagonista de la obra, un personaje frio, fanático y muy arrogante. Los demás personajes,
como los obispos, cumplen su función dentro de la historia, pero son bastante superfluos.
Destacaría
solo un hecho negativo, hay ocasiones en que el autor se repite mucho. Explica
algo, y al cabo de un párrafo nos lo vuelve a explicar, con las mismas palabras
casi. La novela parece, en algunos tramos, como sin nos hablara un viejo senil que
va repitiendo la misma historia un hi otra vez. Pasa más de una vez de hecho, y
es algo molesto porque son momentos farragosos, que uno lee a desgana porque es
algo que ya ha leído.
Para
mí, un libro muy ameno, una historia correcta y decente pero poco destacable,
al menos para alguien como yo que me gustan las tramas complejas, es ideal para
leer entre una lectura densa y otra, pues es una lectura muy sencilla y liviana
con la que descansar. Mi nota, un 6, una lectura correcta pero no sorprendente,
muy recomendable para un público juvenil pero poco para alguien más adulto que
busque en la lectura tramas con algo de complejidad y sorpresa.
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